domingo, 12 de septiembre de 2010

CARPINCHO O CAPIBARA - (Hydrochoerus hydrochaeris)


CARPINCHO

Descripción General

Animal sedentario, de pelaje pardo -rojizo, que pesa unos 50 kg.y es el mayor de los roedores vivientes. Si bien uno de sus parientes ya extinguido, el gigantesco Protohydrochoerus, tenía hábitos corredores, el carpincho actual es lento y torpe en la tierra. No regula adecuadamente su temperatura corporal y puede sufrir un shock térmico después de correr unos centenares de metros. Es en cambio un hábil nadador (se sabe de Carpinchos que han cruzado el ancho río Orinoco) y suele permanecer varias horas por día en el agua,de cuya cercanía procura no apartarse ya que depende de ella no sólo para bañarse y beber,sino como refugio y hasta en el cortejo y la cópula.Un signo particular de su adaptación al medio acuático lo constituye el pliegue que cierra el conducto auditivo cuando el animal se sumerge. Las patas están sumamente adaptadas a la natación y también a la marcha. Son muy cortas, sobretodo las anteriores (obligándolo caminar inclinado hacia adelante) y posee en sus extremidades una gruesa membrana interdigital que favorece el desplazamiento en el agua. La disposición alta del hocico le facilita nadar asomando únicamente la nariz,aunque también es capaz de mantenerse sumergido cuatro minutos o aún más.


Alimentación

La singular adaptación del carpincho al agua lo llevó a incluir peces en su dieta. Pero el carpincho es casi exclusivamente herbívoro. Y si bien puede alimentarse de plantas acuáticas, prefiere las gramíneas ribereñas, seleccionando los pastos diminutos y tiernos. También suele roer la corteza de los árboles, para lo cual está provisto de poderosos incisivos que -como en todos los roedores- crecen continuamente varios milímetros por semana para compensar la abrasión a que se ven sometidos.

Pelaje

Este animal renueva su pelo ininterrumpidamente ya que se ve permanentemente afectado por los restos de arcilla que le quedan adheridos luego de los frecuentes baños y el contacto con los matorrales en los que se refugia. De todas formas éste varía con la edad, llegando a ser más denso y más completo en la época juvenil. En el recién nacido los pelos que cubren el dorso y los flancos son cortos y rígidos, oscuros en los extremos y con una banda marrón en el centro, mientras que los de la la zona ventral son pardo claro. En el adulto está compuesto por pelos largos y aplanados, pardos y rojizos, el pelo original sólo persiste en la parte superior del hocico y -a veces- en la frente. En ocasiones el pelaje dorsal es muy ralo y deja ver la epidermis marrón oscura.

Su marco Natural

Dentro de la vasta área de distribución del Carpincho (que abarca Panamá, Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela, Brasil, Uruguay y Paraguay) es en la República Argentina donde se encuentran los mejores especímenes y en grandes cantidades. Siempre se lo halla en zonas cercanas al agua -provistas de vegetación- capaz de proporcionarle alimento y también refugio, ya que esta especie no construye albergues ni excava túneles.


Costumbres

Por la mañana descansa y lo hace preferentemente a la sombra, recostado sobre el vientre, con la cabeza levantada del suelo o apoyada en las patas delanteras. Durante el día permanece tendido entre las plantas acuáticas o pastando -tranquilamente- la hierba de las llanuras circundantes. Vistos desde cierta distancia su paso y su color los hace aparecer como Jabalíes. La gran longitud de su maxilar les confiere una apariencia verdaderamente cómica si se los observa de frente o de perfil. Hacia el mediodía, cuando aumenta el calor, se sumerge en el agua hasta regular la temperatura del cuerpo y -así- combatir mejor los parásitos externos... Sus sempiternos acompañantes!. Desde mitad de la tarde y hasta las primeras horas de la noche se dedica a comer, paciendo con la boca a ras del suelo. Mastica lentamente moviendo sus mandíbulas de atrás hacia adelante. En ambientes tranquilos se lo puede ver activo durante el día. Es un animal de hábitos crepusculares y nocturnos. En zonas donde es muy perseguido sólo se aventura por la noche.


Hábitat

El carpincho puede compartir el agua con vacas y caballos sin dispensarles mayor atención. En ocasiones se lo ve junto a yacarés –aún cuando éstos llegan a atacar a sus crías– y hasta permite que algunas aves se posen sobre él y le "registren" el pelaje o lo utilicen como mirador para atrapar insectos.

Enemigos Naturales

Los principales enemigos naturales del carpincho son el Puma y los cánidos. Cuando el carpincho es sorprendido lanza un grito -una especie de sordo gruñido similar al ladrido ronco de un perro grande y huye alborotadamente,escondiéndose en los pastizales altos o la vegetación acuática.Sí advierte la presencia del hombre (al que en condiciones de acoso es capaz de descubrir a distancia de un kilómetro) escapa sigilosamente.Las hembras fugan siempre primero,junto con los más jóvenes, mientras los machos vigilan lanzando voces de alarma o castañeteando los dientes.Resisten tenazmente si son acorralados. Parece ser que, por esta razón, los machos son capturados mucho más fácilmente que las hembras.

CORTEJO ACUÁTICO

El carpincho –cuyo ciclo vital alcanza alrededor de diez años– ya está preparado para la procreación entre los 18 meses y los dos años de vida. Es difícil distinguir el sexo, puesto que los genitales externos de machos y hembras están encerrados por el pliegue anal. Empero, para los avezados guias cinegéticos, esto no constituye un inconventene. Simplemente colocan el animal boca arriba –aproximan la punta del cuchillo– con el filo evitando cortes y presionan levemente en dirección de la cola a la cebeza. Inmediatamente aparece el pene ... si se trata de un macho. NOTA: Al macho se lo suele reconocer por una protuberancia sobre el hocico –llamativamente desarrollada en algunos ejemplares y muy poco en otros– se trata de una glándula (morrillo) que crece a partir de un cierto peso del animal (entre los 35 y 40 kg.) que utilizan para la demarcación territorial. Según algunos autores el macho sería de mayor tamaño que la hembra. Sin embargo se registra un peso promedio mayor en las hembras que en los machos. Otros signos de diferenciación son los incisivos –significativamente más anchos en los machos que en las hembras– y el color del pelaje que cubre nalgas y el bajo vientre, siempre más oscuro en el macho. Como sabemos la dependencia del carpincho con el medio acuático incluye el momento del cortejo y la cópula. Cuando el macho comienza a perseguirla –olfateándola y tocándole la región genital– ella, sin alterar jamás el paso y mostrándose indiferente, guía a su compañero hasta el agua, donde ambos se bañan. La hembra se zambulle varias veces, desapareciendo de la superficie y alejándose de él... que vuelve a buscarla. Finalmente –y siempre en aguas de poca profundidad (menos de cincuenta centímetros)– el macho cubre a la hembra, que suele sumergir la cabeza y elevar la cola mientras lanza breves chillidos.

NOTABLE: El apareamiento es breve, apenas unos pocos segundos. Luego ambos nadan y lo repiten ininterrumpidamente unas quince veces –y hasta tres en un minuto– no siendo raro que varias parejas copulen a la vez y en una misma laguna pequeña produciéndose intercambios de compañero. Ocasionalmente una hembra puede interferir los cortejos de una pareja, o un macho disputarle la hembra a otro con la precitada finalidad.

GESTACIÓN Y CONVIVENCIA EN MANADA:Tras una gestación relativamente prolongada (que en promedio varía entre 122 y 153 días) las crías ,que lo son de una a siete por parición, nacen en un estado de desarrollo avanzado. A los diez días de vida están ya en condiciones de caminar siguiendo a la madre. La hembra, que posee cinco o seis pares de pezones ventrolaterales y poco salientes, amamanta a los hijos hasta los cuatro meses. Lo hace siempre de pie y con sus pequeños acostados a cada lado. No parece haber luego entrenamiento ni cuidados especiales para con los hijos. Una vez constituidas las familias se mantienen unidas ya que los jóvenes acompañan a sus padres tanto en el reposo como en la actividad. Otros grupos familiares están compuestos por un macho y varias hembras, con o sin crías. De hábitos gregarios, el carpincho vive en manadas sedentarias de tamaño variable según las estaciones del año. Integradas por individuos de ambos sexos y distintas edades, las manadas están originadas en una sola familia y responden a la necesidad impuesta por la dependencia del animal al agua que, fatalmente, debe compartir. Constituyen sociedades cerradas, con una organización jerárquica bien adquirida y mejor asimilada por sus componentes. El número de individuos de cada manada es variable. En el Parque Nacional de "El Palmar" (Provincia de Entre Ríos / Argentina) y en la laguna "La Brava" (Sita a la altura del Km. Nº35 de la ruta nacional Nº 226 en la Provincia de Buenos Aires) se han observado grupos de veinte a sesenta integrantes. La distancia entre individuos varía desde los cincuenta centímetros –cuando reposan– hasta cien metros –mientras pastorean– el último resulta ser el momento en que se registra su mayor dispersión.

CONSERVANDO LA DISTANCIA: Los desplazamientos de las manadas se realizan en Fila India. En éstos casos el pisoteo continuo va formando una zanja que al profundizarse llega a actuar como cauce de drenaje. Dentro del área de acción del carpincho se llegó al reconocimiento de tres tipos de lugares: El de reposo, otro para bañarse y uno de pastoreo. Animales de una misma manada suelen superponer sus áreas, pero cuando individuos de una manada invaden la zona de otra pueden producirse encuentros agresivos entre los machos, las hembras o los jóvenes. En general las actitudes antagónicas tienen que ver con las relaciones jerárquicas y con las rivalidades sexuales momentáneas. Hay parejas –por ejemplo– que no toleran la presencia de ejemplares jóvenes en las proximidades y llegan a atacarlos con su poderosos incisivos. La comunicación entre individuos se establece mediante diversas señales: gritos, aullidos, saltos, erizamiento del pelo y un largo etcétera.


La capibara, el carpincho, o el chigüiro (Hydrochoerus hydrochaeris), es una especie de roedor de la familia Caviidae propia de América del Sur. Es el roedor actual de mayor tamaño y peso del mundo; habita en manadas en sabanas, ríos, pantanos y zonas húmedas de Sudamérica, sobre todo en las cuencas de los ríos Orinoco, Amazonas y Paraná. El ahora extinto Neochoerus sulcidens era significativamente más grande. Son nativos de climas tropicales y templados de Sudamérica, al este de los Andes, siempre cerca del agua. Está relacionado con los agutíes, las chinchillas, los coipos y los conejillos de indias.

Los capibaras tienen un cuerpo pesado en forma de barril y una cabeza pequeña, con un pelaje pardo rojizo en la parte superior del cuerpo que se vuelve pardo amarillo en la parte inferior. Pueden crecer hasta 130 centímetros de largo y llegar a pesar 65 kilogramos. Los capibaras presentan pies ligeramente palmeados, prácticamente carecen de cola y tienen veinte dientes. Sus patas posteriores son algo más largas que las anteriores, y los hocicos son romos, con los ojos, narinas y orejas en la parte superior de la cabeza. Las hembras son un poco más pesadas que los machos.



Su nombre común, proviene del guaraní «kapiÿva» significa «señor de la hierba», mientras que su nombre científico hydrochaeris, significa «puerco de agua» en griego. Aunque muchas de las formas de nombrar a esta especie suelen migrar entre regiones (y en muchos casos provienen de nombres de origen indígena), las más comunes (y de las cuales se suele hacer uso frecuente en zonas geográficas reconocibles) .

El cuerpo, que carece de cola,[4] es de forma maciza y redonda, con el tronco grueso y cuatro patas cortas. Las patas anteriores, tienen cuatro dedos y las posteriores, tienen tres, expuestos en manera radial. Los dedos gruesos y parecidos a pezuñas presentan unas pequeñas membranas que los unen interdigitalmente. Los capibaras consiguen una longitud de 100 a 130 centímetros y una altura a la espalda de 50 a 60 centímetros,[5] y las hembras suelen ser un poco más grandes que los machos. El peso medio es de 50 kilogramos en los machos y 61 en las hembras; sin embargo, el peso real puede variar entre 27 y 65 kilogramos.

El pelaje es largo y áspero, pero en algunas partes es tan fino que se puede apreciar la piel a través de él. Esto hace que sean unos animales propensos a las insolaciones, y para evitarlo, se revuelcan en el barro para protegerse la piel del sol.[9] La coloración va de un pardo rojizo al gris en la parte superior, mientras que la parte inferior tiene un color pardo amarillo. Algunos ejemplares tienen manchas negras en la cara, en el lado exterior de las patas y en la parte trasera, la longitud del pelo va de 30 a 120 milímetros.
[editar] Cabeza y dientes
El cráneo del capibara se parece notablemente al de sus parientes cavíidos, hasta en las mismas proporciones generales.


Los capibaras tienen una cabeza notablemente ancha y grande. En relación con los parientes más próximos al capibara, el hocico es más grande y redondeado, mientras que las narinas son pequeñas y están bastante separadas. En los ejemplares machos, la punta del hocico está calva y dotada de una prominencia correspondiente a la glándula olfativa. Las orejas son pequeñas y redondas, mientras que los ojos se encuentran situados en los lados y también son pequeños. Como en muchos animales que tienen un estilo de vida parcialmente acuático, los ojos, las orejas y las narinas del capibara se encuentran situados en la parte superior de la cabeza.[4] De manera que cuando salen a respirar del agua o a observar lo que les rodea, casi no sobresalen de la superficie.

La fórmula dental de este animal es de 1-0-1-3; lo que quiere decir que cada mitad de mandíbula presenta un diente incisivo, un premolar y tres molares, con un total de veinte dientes.[9] Las blancos incisivos están dotadas de un surco, como en todos los roedores, están agrandados y transformadas en incisivos sin raíz. Detrás de los incisivos se abre un espacio denominado diastema. Los dientes posteriores tampoco tienen raíces y tienen una morfología compleja; consisten en prismas de esmalte dental en forma de corazón o de barras, que están separadas por capas de cemento. Como en otros roedores, los dientes incisivos y molares de los capibaras crecen constantemente para compensar el desgaste continuo que provoca comer hierba.[3]

Distribución y hábitat.

Los carpinchos tienen un ámbito de distribución dividido en dos partes. La parte más pequeña se extiende por el este del Panamá, el norte de Colombia y el noroeste de Venezuela. La parte más grande comprende casi toda Sudamérica al este de los Andes, y va desde el este de Venezuela y la Guyana hasta el Uruguay y el noreste de Argentina.[5] Cada una de las dos regiones tiene su subespecie correspondiente:Hydrochoerus hydrochaeris isthmius que es la que vive en la parte nord-occidental. Tiene un tamaño menor que el Hydrochoerus hydrochaeris hydrochaeris, que vive en la región más grande, al este de los Andes.

Los capibaras pueden vivir en diferentes tipos de hábitat, pero muestran preferencia por algunos en concreto. Suelen encontrarse cerca de lagos, ríos, marismas o manglares.[5] También necesitan un suelo firme para dormir, idealmente con una vegetación espesa que les sirve de protección. Para alimentarse no tienen problema en adentrarse por la sabana y herbazales. La mayor densidad de población de carpinchos se encuentra en las extensas zonas húmedas de Sudamérica, como el Pantanal, o la región de los Llanos del norte del continente, bañada por el Orinoco. Viven mayoritariamente en las llanuras, pero también habitan en altitudes de hasta 1300 metros por sobre el nivel del mar. En comparación con otras especies animales de Sudamérica, los capibaras toleran bastante bien los cambios de hábitat provocados por la actividad humana, y también pueden sobrevivir en zonas transformadas en plantaciones o pastos.


Los capibaras son animales principalmente crepusculares. Pasan el calor del día en agujeros en el barro o dentro de las aguas.[5] Para dormir se esconden entre una vegetación espesa; no les hace falta ninguna cueva. En cambio, en las zonas donde son molestados por las actividades humanas, cambian y adoptan un estilo de vida nocturno.

Si un carpincho advierte peligro, avisa a los demás con un ladrido corto, y de inmediato todos corren trotando con una velocidad equiparable a la de un caballo a fin de ponerse a salvo en el agua. Pueden bucear y permanecer bajo el agua hasta cinco minutos, y son capaces de nadar con todo el cuerpo sumergido excepto las orejas, los orificios nasales y los ojos. Otro experto nadador sudamericano, perteneciente a otra familia de roedores, es el coipo (Myocastor coypus). Aunque a veces también se esconden entre plantas vegetales espesas.

Charles Darwin describía así el comportamiento de esta especie:
Durante el día están tendidos entre las plantas acuáticas o van tranquilamente a pacer la hierba de la llanura. Vistos desde cierta distancia, su paso y su color les hace parecerse a los cerdos; pero cuando están sentados, vigilando con atención todo lo que pasa, vuelven a adquirir el aspecto de sus congéneres los cavias y los conejos.

Vida social

Viven en grupos, que pueden estar constituidos por una pareja y sus crías, o por un grupo más grande de ejemplares adultos. La medida de los grupos varía entre seis y veinte animales. En algunos casos raros también se puede observar ejemplares solitarios, casi siempre machos adultos.

La medida de los grupos y su estilo de vida depende de la estación del año y del hábitat. Durante la estación lluviosa, los capibaras se extienden por una gran región, de manera que disminuye la medida del grupo. Durante esta estación, comen mucho y acumulan una reserva de grasa. La cría de los recién nacidos también se produce principalmente durante la estación lluviosa, Durante la estación seca, muchos ejemplares se reúnen alrededor de los ríos y lagos más grandes, formando grupos más numerosos. Durante esta estación, la mortalidad es notablemente más alta, ya que aumenta el hambre y las enfermedades y con la desaparición de las plantas que les sirven de protección, los capibaras son más vulnerables a los ataques de los predadores. Investigadores de Venezuela indican una media de los grupos de 5,6 animales durante la estación de lluvias y de 15,9 en el mes de marzo, el más seco. En periodos prolongados de sequedad , se pueden formar grandes grupos de hasta cien ejemplares, que se reúnen cerca de las aguas que quedan. Aunque estos agrupamientos son inestables y no duran mucho.

Cada grupo tanto familiar como mixto está liderado por un macho dominante, que normalmente ocupa esta posición durante muchos años. Después vienen una o diversas hembras con sus crías y a veces los machos subordinados también forman parte del grupo. La jerarquía suele ser estable y estar bien marcada tanto entre los machos como entre las hembras, y se establece por medio de combates parcialmente agresivos.
Vista frontal de un capibara.

Cada grupo habita en un territorio de entre 5 y 17 hectáreas. Aunque, los animales suelen permanecer dentro de una región de unas 10 hectáreas de superficie, que defienden contra las incursiones de otros ejemplares de la misma especie. Marcan el territorio por medio de glándulas odoríferas;en los machos se encuentran situadas sobre la nariz, y los dos sexos tienen en la región del ano (glándulas anales).

Se comunican entre ellos por medio de una variedad de vocalizaciones. Entre ellos hay un sonido parecido al ronroneo de los gatos, que indica sumisión, un grito de alarma parecido a un ladrido de perro, una manera de clic que expresa felicidad, silbidos estridentes y gruñidos.

Alimentación.

La dieta se compone principalmente de hierba terrestre y la complementa de vez en cuando con plantas acuáticas. A veces entran en plantaciones y se alimentan, por ejemplo, de cañas de azúcar, sandías o maíz. La creencia extendida que los peces también forman parte de la dieta de los capibaras es falsa. Tienen un aparato digestivo extremadamente eficiente que los permite subsistir con una dieta el 75 % de la cual se compone de sólo entre cuatro y seis especies de plantas, y después dejan de comerla durante un tiempo, permitiendo que las plantas de esta especie se recupere antes de volver a comérsela.

El aparato digestivo de los capibaras presenta diversas adaptaciones a su dieta, como un intestino más largo y un ciego en forma de saco agrandado. De manera similar a otros roedores, como los cobaya, o los lagomorfas, los carpinchos practican la coprofagia o ingestión ocasional de los excrementos. Las heces cecales son una forma blanda y adhesiva de excrementos, que están fermentados por unas bacterias especiales en el ciego, y que son vueltos a ingerir inmediatamente después de la excreción, de esta manera, los capibaras pueden extraer el máximo de nutrientes de sus alimentos ricos en celulosa. Cuando los excrementos son expulsados definitivamente por segunda vez, son ovales y secos.

Los capibaras, como las cobayas, no pueden producir vitamina C por sí mismos, de manera que han de obtenerla por medio de su alimentación. En algunos ejemplares en cautividad, que habían estado evidentemente mal alimentados, se ha observado casos de escorbuto.

Reproducción.


El macho es quien toma la iniciativa en la copulación, ya que es él, el que persigue la hembra, primero por tierra y después dentro del agua. El aparejamiento tiene lugar en aguas poco profundas, después de entre seis y ocho rápidos empujes, el acto sexual llega a su fin. El coito se puede repetir después de un rato, hasta veinte veces o bien con la misma pareja o con parejas diferentes.

El aparejamiento puede tener lugar en cualquier época del año, pero la mayoría de nacimientos suelen ser en la estación lluviosa (de abril a mayo en el norte de Sudamérica y en octubre al sur del continente). Generalmente, cada hembra pare una vez por año, pero si las condiciones climáticas son favorables pueden hacerlo dos veces. El periodo de gestación dura unos 110 días en la subespecie septentrional y unos 150 en la meridional. Los capibaras son multíparos, y cada parto se compone de una media de cuatro crías, pero puede variar entres dos y ocho. Las hembras tienen diez mugrones que están colocados por parejas en el vientre.

No construyen nidos, y pueden dar a luz en cualquier sitio de su territorio. Las crías son marcadamente precoces, pesan aproximadamente 1500 g al nacer, presentan un pelaje completo y con los dientes permanentes. Poco después del nacimiento, las crías son capaces de comer hierba y pasan a ser independientes después de tres o cuatro meses. Las crías forman un grupo propio dentro del grupo principal.
Ambos sexos asumen la madurez sexual aproximadamente a los veintidós meses de edad.

La longevidad de los capibaras en estado natural varia entre ocho y diez años, mientras que los ejemplares en cautividad pueden llegar a los doce años.

Enemigos naturales

Los enemigos naturales más destacados del capibara son sobre todo félidos como el jaguar o el ocelote, pero también los perros venaderos y los caimanes. A veces, las crías son víctimas de aves de presa como las harpías, o de reptiles como la anaconda.

Relación con los humanos

Los pueblos indígenas sudamericanos ya cazaban el capibara para consumir la carne procesando la piel y utilizando los dientes incisivos con fines decorativos. Los capibaras también tienen un papel en la mitología de estos pueblos. En las creencias tradicionales de los Yanomamos, cada recién nacido tiene un doble en forma de capibara o de tapir que le da la fuerza vital: si el doble animal se muere, también morirá la persona.

Caza y usos

Los carpinchos son cazados por su piel y su carne. En muchas regiones hay cazadores profesionales nombrandos «carpincheros», que ejercen la caza con fines comerciales, también son muy numerosas las personas que los caza para uso propio. El cuero del capibara, de marrón claro y con pequeñas manchas más claras, es especialmente apreciado en Argentina. Además de guantes, cinturones y chaquetas de cuero, también se hacen sillas de montar y bridas. En la parte sur de se hace servir una aceite obtenido de la grasa subcutánea del carpincho como remedio natural.

La carne del capibara tiene un olor fuerte, es consumida especialmente en Venezuela, donde la secan, la ponen en escabeche y se la comen los días de ayuno. Es creencia extendida en Sudamérica que existe un documento eclesiástico oficial, que permitía clasificar al capibara como pescado, por motivo de su modo de vida, su olor similar al del pescado y su piel poco peluda, es una leyenda, y existen leyendas similares en otras religiones de la Tierra sobre otros animales acuáticos, como por ejemplo los castores.

En Argentina y Uruguay, la carne sirve principalmente para hacer salchichas. Especialmente en la región de los Llanos, y a causa de los múltiples usos de este animal, ya hay intentos de criar capibaras en granjas con fines comerciales. Los propietarios de pastos también los persiguen, especialmente durante la estación seca, ya que consideran que los capibaras arrasan con la comida de sus animales.

Existen personas que creen que es bueno cazar a los capibaras por los supuestos daños que ocasionan en la agricultura; especialmente en las plantaciones, pueden causar una devastación considerable, y en algunos sitios se les considera una plaga.

Conservación y amenazas

Muchos de los hábitat adecuados para los capibaras se encuentran en regiones muy utilizadas para el pastoreo. Como los humanos preparan fuentes de agua para sus animales, minimizan la cantidad de carnívoros por medio de la caza y como los bovinos mantienen la hierba corta, en muchas zonas se ha producido un aumento de la población de capibaras. Censos de los latifundios bovinos de la región de los Llanos revelaron una densidad de entre cincuenta y trescientos capibaras por kilómetro cuadrado.

En las regiones en que son cazados en cantidades comerciales, como por ejemplo en muchas regiones de Venezuela, ya se consideran raros. En otras regiones, como en Perú, han desaparecido o su número se ha reducido drásticamente. Aunque, en general son abundantes y tienen en una amplia distribución, de manera que no se les considera una especia amenazada. Sin embargo muchas personas consideran que es cruel la matanza de dicho animal, ya que se hace a garrotazos, disparos o con perros de caza.
Sistemática y taxonomía
Los Cavia aperea , pequeños roedores de Sudamérica están estrechamente relacionados con los capibaras.

El capibara está considerado como el único representante reciente de la familia de los (Hydrochoerinae). Aunque, investigaciones genéticas han demostrado que los roedores del género Kerodon están relacionados más estrechamente con los capibaras que con los cobaya (Cavia porcellus), de manera que Hydrochoeridae resultó un grupo parafilético. Los sistemáticos modernos, como Wilson & Reeder (2005), clasifican los capibaras dentro del grupo de los cávidos (Caviidae) y los agrupan con los Kerodon dentro la subfamilia de los Hydrochoeridae. Dentro de los roedores, pertenecen a la superfamilia de los cavioïdeus, igual que los aguties (Dasyproctidae), los pacas (Cuniculidae) y los pacaranas (Dinomyidae).

Los antepasados fósiles del capibara, están representados por diversos géneros a partir del Mioceno superior. Las formas más primitivas están clasificadas dentro la subfamilia de los cardiaterinos, que aunque es parafilética, los representantes más recientes del grupo se desarrollaron a partir de ellas. Se conoce la subfamilia de los protohidroquerinos del Plioceno, con el único género Chapalmatherium (también conocido como Protohydrochoerus). El cráneo de estas bestias era el doble de grande que el del capibara actual, y sus miembros también eran considerablemente más largos. La subfamilia de los hidroquerinos, a la cual pertenece el capibara, apareció en el Plioceno superior. Todas los restos fósiles de roedores gigantes provienen del continente americano.

En algunas sistemáticas, las dos subespecies descritas más arriba, H. h. isthmius y H. h. hydrochaeris, están clasificadas como especies distintas.

En cuanto al nombre científico correcto del género, hay una larga controversia entre el nombre Hydrochoerus, donado por Brisson en 1762, y el nombre Hydrochaeris, encuñado por Brünnich en 1772. Ambos nombres provienen de las palabras griegas hydros (agua) y choiros (puerco). El nombre dado por Brisson fue rechazado durante mucho tiempo, ya que no se conformaba en las normas de la nomenclatura binomial. Aunque la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica declaró válido el nombre de Hydrochoerus con motivo de su amplio uso, de manera que Hydrochoerus hydrochaeris es el nombre científico correcto.

Algunas personas tienen capibaras como animal de compañía. A pesar de su gran medida y exoticidad, los capibaras pueden ser compañeros gentiles. Es necesario esterilizar a los machos a la edad entre seis y nueve meses para evitar que se vuelvan agresivos y territoriales. Como otros roedores, se les puede domar para que aprendan a hacer ciertos trucos, como sentarse o pedir comida. Los capibaras de compañía están considerados animales afectuosos y limpios.

3 comentarios: